Rodrigo Villegas regresa a la Quinta Vergara tras un exitoso paso previo en 2017. Esta vez llega con otro público y con una temática diferente. «Dejé de hablar un poco de los temas de mí, así como físicamente. Sí hablo de temas más como familia, temas más como transversales. Mi relación con el público de Fito Páez, es el público más de mi edad, de mi onda, así que creo que va a andar bien. Los temas los conocen, conocen los tópicos que se van a tocar (…) A mí lo que me interesa es hacer reír a la gente. Por eso trato de que los temas sean bien transversales, que lo entienda casi toda la gente de otros países también», adelantó el comediante en conferencia de previa.

De esta forma, respecto al control de su ansiedad respecto a su presentación anterior en Viña, recalcó que «a mí la primera vez me tocó con Maluma. Había muchos niños con papás, un público muy juvenil en ese sentido. Hay un proceso en que yo trato de controlar la mente. Así cuando estás bajo presión bajo la mirada de mucha gente que te juzga».

«Para un cantante es re fácil, porque vienen, hacen cantar al público sus canciones, pueden ir al baño y el público sigue cantando. A un comediante no, no le corean los chistes y está con el ojo ‘a ver’. Entonces, trato de no pensar en el momento. La mente a veces genera momentos catastróficos, entonces trato de que el escenario sea el mejor y no pensar tanto. Porque uno al pensar en ese momento y estar ahí y ponerse ‘qué pasa si…’ sufre por nada, porque todavía no pasa eso. Entonces, cada uno crea sus realidades», agregó.

Asimismo entregó su visión sobre el humor, que calificó como «un escenario complicado, porque uno no tiene un canon de moverse entre aquí y allá para no pasarse un lado o al otro. Yo apelo a la transversalidad, a que toda la gente – independiente de la ideología, de lo que la gente piense – se ría, porque la visión que yo tengo del humor, como la definición del humor es líquido. Está el humor líquido, el humor acuoso, el humor vítreo, y generalmente el ser humano es líquido. Entonces si uno se ríe, genera una reacción química en el cuerpo. Mi idea es que sea bien transversal y que llegue a mucha gente. Así armo mi rutina, ese es mi control, mi censura (…) En el humor siempre hay una víctima, porque sin víctima no hay humor, y yo aprendí eso hace mucho tiempo, que la víctima tiene que ser uno. Uno se pone en las situaciones y la gente se identifica con lo que le pasa a uno».

Consultado sobre si el momento de llevar a sus personajes que popularizó en «Morandé con Compañía», como los Blondon Boys, el Matthiu, El Máquina, entre otros, respondió que «la primera vez yo tomé la decisión de no hacer los personajes, porque los personajes para mí son hijos, entonces uno no va a exponer al hijo a que pase algo malo. El último personaje exitoso que fue Ruperto, en 2006, en donde hubo una interacción entre el personaje y el animador. Me da la idea de este rato es el stand up comedy, el monólogo lo que la está llevando. Habría que hacer una rutina muy buena como para leer al público como para llevar de nuevamente a un personaje. Un personaje es para un público más controlado, pero ante uno más masivo uno no puede hacer eso. Está complicado para llevar a un personaje».