Grabado en el Valle del Elqui en una cabaña rodeada de cerros, Colombina Parra junto a su marido y también productor del disco, José Ureta, se sumergieron en las primaveras de 2018 y 2019. La idea era generar sonidos sin pretensiones, solo en base a la idea de explorar las inquietudes musicales llegando al sonido ambient y experimental, con cierta influencia a Brian Eno.

En esa exploración, la voz se grabó con un micrófono de juguete porque surgió de manera espontánea sobre los sonidos de sintetizadores. Las voces son primeras tomas ya que son improvisaciones en el aire del momento. Se dejó así pensando en la manera en cómo los niños a veces se aproximan a la composición.

El resultado fue «La noche me miró», un EP de cuatro canciones que es un viaje de las inquietudes que se expande y se aleja de las estructuras basadas en las estructura de la canción comercial, bajo una sinceridad de Colombina en los sonidos y en las letras.

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